En vivo 🟠 SEÑAL ONLINE

Chile no está preparado para la gestión del calor extremo

Chile no está preparado para la gestión del calor extremo

  -

Tiempo de lectura: 2 minutos El estudio realizado gracias al concurso del Centro de Políticas Públicas UC señala que el país, en general, no ha incorporado esta amenaza inminente de manera sistemática y comprensiva en sectores muy relevantes de política pública como salud, trabajo, y la seguridad.

Comparte:

Durante la última década, Chile y el mundo han registrado un aumento sostenido de eventos de calor extremo que impactan de manera variada los ecosistemas, incluyendo la vida humana.

“La amenaza del calor extremo se ha mantenido sub-identificada por las políticas públicas asociadas el riesgo de desastre. Es posible que esto se deba a que el calor extremo es también un importante factor de riesgo para la generación de incendios”, explicó Magdalena Gil, profesora de la Escuela de Gobierno UC, quien desarrolla un estudio sobre el calor extremo junto a los profesores Eduardo Undurraga y Kenzo Asahi.

En la investigación aclaran que, para el caso del Gran Santiago, se considera ola de calor estival cuando durante tres o más días seguidos hay temperaturas máximas diarias superiores a aproximadamente 31°C en diciembre, 33°C en los meses de enero y febrero, y sobre los 31°C en marzo.

Respecto de los grupos de mayor vulnerabilidad ante las olas de calor, la investigación señala: personas mayores, enfermos crónicos, mujeres embarazadas, recién nacidos y niños, personas con problemas de salud mental, que viven solas, con movilidad reducida, en situación de calle, sin acceso al agua potable, y personas que trabajan en espacios abiertos.

En relación con lo territorial, existiría menor calor de suelo en las comunas de la zona oriente de la Región Metropolitana por contar con mayor cantidad de áreas verdes. Las comunas ubicadas en la zona norte y occidente, a su vez, presentan mayor prevalencia de temperaturas altas a diferencia de las zonas cordilleranas.

Cabe mencionar que la evidencia sugiere que las conductas antisociales aumentan con mayores temperaturas y que va acompañado del aumento de violencia de género en algunos hogares. 

Por ello el proyecto propone avanzar en estrategias de adaptación para la gestión y mitigación de los riesgos asociados a eventos de calor extremo en Chile, concentrándose en los impactos a la integridad física de las personas, considerando tanto su salud como su seguridad.

Calor y políticas públicas

“Uno de los componentes de la gestión del riesgo con mayores carencias es en la caracterización del riesgo asociado a eventos de calor extremo” explicó Magdalena Gil.

“Esto significa que no entendemos bien la amenaza a la que nos enfrentamos, ni se encuentran bien identificados sus impactos en la salud humana o la vida social”, agregó la profesora.

En un trabajo anterior, la académica concluyó que en Chile no existen las capacidades institucionales, presupuestales ni técnicas para la gestión del riesgo asociado al calor extremo. La excepción es el sector de agricultura, donde existen políticas de mitigación, transferencia del riesgo y manejo de emergencias.

Esto es relevante dado que la mayoría de los países enfrentan la gestión del riesgo con una política nacional, pero de manera federalizada, que están políticamente divididos en unidades territoriales con mayor autonomía que los gobiernos regionales chilenos y que, muchas veces, incluyen a varias ciudades de más de un millón de habitantes. Esta gestión es típicamente liderada por los departamentos o ministerios de Salud.

En conclusión, la adaptación al cambio climático en general y olas de calor en particular no se ha incorporado de manera sistemática y comprensiva en sectores muy relevantes de política pública como salud, trabajo, y seguridad.

“Se evidencia la necesidad de dotar al tema de una gobernanza adecuada y explícita, designando responsables, otorgando atribuciones y generando presupuesto adecuado para ello”, explicó Magdalena Gil.

Fuente: UC


Te puede interesar